Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Habitantes de la Tierra Media - Orcos de Angmar

Su nombre era Muerte, y el Infierno le seguía...

Entre otros efectos colaterales que puede tener una re-lectura de "El Señor de los Anillos", está (como ha sido mi caso), el de que al cerrar el libro, sales corriendo en busca de las figuras de la banda de orcos que pintaste hace treinta años, con la idea de publicarlas aquí. ¿Y qué pasa? Pues que te las encuentras descascarilladas, despintadas y bastante perjudicadas en general... así, que ¡hale! a reparar, repintar, barnizar y ya de paso, cambiarles las peanas de cartón por otras de madera. Ahora ya están listos para continuar sus fechorías estos hijos de... Angband.



Porque fue en Angband (="prisión" o "infierno" de "hierro", en élfico Sindarin), fortaleza subterránea en la zona norte de las Montañas Nubladas, donde, en los albores de la Primera Edad, el maligno Melkor, también conocido por Morgoth, transformó mediante espantosas torturas y recurriendo a la magia negra, los cuerpos de elfos prisioneros, en los primeros orcos existentes. 


Posteriormente, la raza de los orcos se diversificó. Una rama de ellos se adaptó a la vida en cuevas y grandes cavernas (como por ejemplo, Moria), y recibieron el nombre de trasgos o "goblins" (1). Éstos eran más pequeños y cobardes que sus parientes mayores y luchaban utilizando más el arco y las flechas que armas de choque. Angband sería destruida al término de la Primera Edad.

(1) Curiosamente, cuando Tolkien en "El Hobbit" habló de estos "orcos de Moria", no empleó la palabra "orco", sino "goblin"; y cuando lo hizo en "El Señor de los Anillos", los denominó "orcos", sin más. La confusión y consiguiente polémica estaba servida desde entonces.  ;) 

Un Jefe Orco, mandando mucho.

Durante la Tercera Edad, y tras la caída de Melkor, Sauron, el nuevo Señor Oscuro, creó a los Uruk-Hai o Grandes Orcos, en Mordor. Los Uruk englobarían la mayor parte del ejército de Saruman el Blanco durante la Guerra del Anillo. Y también estaban los "medio-orcos", surgidos de la unión con la raza de los hombres, aunque no sabemos a ciencia cierta si tal mestizaje tuvo origen en acoplamientos sexuales entre ambas razas o en manipulaciones de algún maligno nigromante. 

A la izquierda, detalle del maléfico estandarte de Sauron: El Ojo sin Párpado.

Todas las razas de orcos tenían como actividad principal la guerra; su forma de luchar era feroz, indisciplinada, cruel y sanguinaria. Odiaban la paz y las cosas bellas, tanto como odiaban a elfos, enanos y hombres... y a sus propios dirigentes. Les encantaba la carne cruda y la sangre; solían devorar a sus víctimas tras los combates y aún podían devorar a los de su propia especie si tenían ocasión para hacerlo.


Excepto los Uruk, los orcos en general, odiaban la luz del sol y solían emprender sus expediciones al anochecer, si bien, en ocasiones, Sauron hacía aparecer densos nubarrones que permitían a sus ejércitos marchar a la luz del día, e incluso combatir, sin ser molestados por el astro rey. 

En los días de la Tercera Edad, los orcos se habían extendido desde las Montañas Nubladas, y ocupaban Mordor, Minas Morgul y otras zonas dominadas por Sauron. En el Norte, en la zona de Angmar (="Hogar de Hierro", en Sindarin), el lugarteniente de Sauron era el Señor de los Nazgul o Rey Brujo de Angmar.


El orco de la derecha, por extrañas circunstancias, porta en su escudo el emblema de Saruman.

Nuestra horda pertenece a esta región, Angmar; se trata de "orcos comunes": piel verde, aspecto rechoncho, patizambos, con brazos simiescos, ojos rojos y largos colmillos inferiores. Lucen en su estandarte la enseña de Sauron: el Gran Ojo Sin Párpado, símbolo de toda maldad.  Sus armas: mazas, hachas, cimitarras y diversos tipos de cuchillas enastadas; pocos de ellos usan escudo. Se visten con pieles de animales inmundos, algunos utilizan cascos, y la mayoría portan cotas de mallas.



Están marchando para unirse a otras unidades y dirigirse a los Campos del Pelennor, donde se dirimirá la última batalla de la Tercera Edad, y se pondrá punto final a la loca pretensión del Señor Oscuro: dominar la totalidad de la Tierra Media, al fracasar su búsqueda del Anillo Único, gracias al valor y sacrificio de dos componentes de la raza más débil: los hobbits.

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Siempre he creído que, en el imaginario de Tolkien, los elfos representan a los hombres como deberían ser: justos y buenos, amantes de la música y la cultura, valorando la inteligencia... Los orcos, por el contrario, significarían el estado de bestialidad a que los mismos hombres pueden llegar de perseverar en sus vicios: sanguinarios, sucios, crueles... útiles sólo para matar, destruir, devorar y saciar sus bajos instintos. 

La horda al completo, en marcha...

Los hombres, enanos y hobbits, serían el estadio intermedio entre la excelsitud de unos y la malignidad de otros, es decir: unas veces ángeles y otras veces diablos. Como la vida misma, vamos...  ;)

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Además de la famosa trilogía de Peter Jackson, que no necesita recomendación alguna, existen otras películas (menos conocidas) sobre la Tierra Media. Tenemos, por ejemplo, "El Hobbit" (Arthur Rankin Jr & Jules Bass, 1977) en dibujos animados, que es una pequeña joya.

También está la película de Ralph Bakshi de 1978, "El Señor de los Anillos", igualmente en dibujos animados, pero en este caso, sobre imagen real filmada, y que fue un experimento fallido, en mi opinión. De hecho, estaba previsto hacer una segunda parte, ya que la primera llegaba únicamente hasta la mitad del segundo libro, y vistos los resultados de taquilla, jamás se llegó a realizar.



...dirigiéndose a los Campos del Pelennor.

Lo que sí voy a recomendar es la lectura de "El Señor de los Anillos", a los que no la hayan hecho ya. Se trata de un texto exquisito, que destila un extraordinario amor a la naturaleza (no en balde fue lectura predilecta de los "hippies" sesenteros), contiene un verdadero canto a la amistad así como a las cosas buenas de la vida, y al margen de que se trate de una historia de fantasía pura, está considerada por muchos, como la mejor obra literaria del siglo XX. 
  
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Las figuras son de "Mirliton", en 25mm. (1) 

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- (1) Gracias al compañero "korsakov" de "La Armada", por el dato -

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