Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Anglosajones en Hastings (1066)

Los sajones, esperando la cometida normanda.

El 14 de octubre de 1066, la historia de Inglaterra daría un giro inesperado. Ese día, en Hastings, en la colina de Senlac, moría el último rey anglosajón de la isla, llamado precisamente Harold el Sajón, y la corona pasaba a Guillermo el Bastardo, duque de Normandía, que tras su victoria, recibiría el más amable epíteto de "el Conquistador".

Como siempre me ha atraído esta batalla, origen entre otras cosas de la Guerra de los Cien Años, me apetecía mucho pintar las figuras que representasen a ambos combatientes: sajones y normandos. Esta primera entrada está dedicada a los sajones y a los antecedentes de la batalla, en un futuro más o menos próximo y si los dioses consienten, habrá otra consagrada a los normandos y a los detalles tácticos del encuentro.


Con el estandarte al viento.

Comencemos pues: la cuestión se inició con la muerte de Eduardo el Confesor, rey de Inglaterra entre 1042 y 1066. Moría sin hijos y la corona pasaba por decisión del Witenagemot (asamblea de nobles sajones), a su cuñado Harold, conde de Wessex, que fue coronado el 6 de enero de 1066 (algunas fuentes citan el 5).

Pero Guillermo, duque de Normandía y sobrino de Eduardo, no estaba de acuerdo de ninguna manera con esta sucesión. Argumentaba que su tío le había prometido tiempo atrás, dejarle a su muerte la corona de Inglaterra, y que el propio Harold había jurado entonces ayudarle a entronizarse como rey, por lo que le acusó de perjurio ante el Papa y ante el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que apoyaron su demanda. 

Un gran señor anglosajón, posiblemente un "earl". Con su hacha danesa.

 Guillermo preparó un gran ejército y se dispuso a cruzar el Canal de la Mancha para invadir Inglaterra y adjudicarse el trono por la fuerza de las armas. Harold, guerrero consumado en mil batallas, preparó sus tropas para contener la invasión; y las situó, lógicamente, en el Sur. Pero el primer problema de Harold no vendría del Sur.

Harold tenía un hermano, Tostig, antiguo duque de Northumbria que había sido depuesto de su cargo y arrojado de sus tierras por el Witenagemot, contando con el beneplácito de Harold. El desterrado Tostig llevaba años buscando aliados para invadir la Isla y vengarse de aquellos agravios. Ahora había encontrado la deseada alianza en la figura de Harald Hardrada, el fiero rey vikingo de Noruega. De manera que cuando Harold estaba esperando el ataque normando por el Sur, le llegaron noticias de que un ejército vikingo había desembarcado en el Norte y avanzaba camino de York.


Housecarls: la flor y nata del ejército anglosajón; esgrimiendo su arma predilecta.

Harold se veía con las manos atadas, sin poder desguarnecer el Sur ante la que consideraba inminente llegada de los normandos. Guillermo esperaba vientos favorables en la costa francesa, vientos que no llegaban; pero esto no lo sabía Harold, así que decidió permanecer en el Sur y encomendar la defensa ante el ataque noruego a los condes del Norte, Edwin y Morcar. 

En la contienda que subsiguió, los ingleses fueron puestos en fuga; Tostig y Hardrada se apoderaron de York y parece que se unieron a su ejército muchos de sus habitantes. Tras unos días, los vikingos abandonaron la ciudad y acamparon en Stamford Bridge, a 13 kilómetros de York, donde pensaban descansar y avituallarse.

Housecarls; vista posterior. Solían combatir con el escudo a la espalda para manejar con soltura su terrible hacha de dos manos.

Tan pronto recibió Harold la noticia de la derrota de sus tropas en el Norte, no dudó más y decidió marchar rápidamente con el grueso de su ejército en busca de los noruegos. Dejó observadores en la costa y cubrió en cinco días los trescientos y pico kilómetros que le separaban de Stamford Bridge, a donde llegó el 25 de septiembre.

Parece ser que su rápido avance cogió desprevenidos a los vikingos, que además, tenían muchos hombres en la costa norte, haciendo reparaciones en los barcos. El caso es que la victoria de Harold fue rotunda, aunque costosa y tanto Tostig como Hardrada resultaron muertos. No existen muchos datos fiables de este encuentro, pero uno de los que nos ha llegado, nos da idea de la masacre que se produjo: de los aproximadamente trescientos barcos noruegos que habían llegado a Inglaterra, sólo se necesitaron veinticinco para devolver a Noruega a los sobrevivientes.

Diversas imágenes de housecarls perfectamente pertrechados.

 Sin embargo, Harold no pudo disfrutar mucho tiempo de esta victoria; sus temores se confirmaron cuando el 1 de octubre, tuvo noticia de que Guillermo había desembarcado en Sussex, cerca de Hastings. Su ejército había sufrido muchas bajas en el combate de Stamford Bridge, pero la situación no admitía dilación; con muchos de sus hombres heridos y todos cansados, se vio obligado a dirigirse a marchas forzadas al Sur, para enfrentarse a los invasores normandos... Pero eso lo veremos otro día.

Thegns avanzando. 

Echemos ahora un vistazo a la composición del ejército sajón. 

Conviene recordar, antes de entrar en el tema, que la población inglesa de este período, tenía un fuerte componente escandinavo y especialmente danés, tanto por las invasiones vikingas que se venían produciendo desde dos siglos atrás (con el  consiguiente mestizaje), como porque durante el período en el que había reinado en Inglaterra el danés Canuto el Grande (1016-1035) y sus sucesores de la "dinastía danesa" (hasta 1042) había llegado a la isla gran número de población procedente de Dinamarca. La influencia escandinava estaba presente en todas las facetas de la vida inglesa y se iba imponiendo a las costumbres sajonas, con las que convivía. Las fuerzas armadas no fueron una excepción, y de hecho, muchos autores se refieren últimamente al ejército inglés en Hastings, no como anglosajón, sino como anglo-danés.

 
El equipo de los thegns variaba según sus posibilidades económicas.

No obstante, mi preferencia es seguir denominando a los ingleses del período  como anglosajones (o sajones "a secas"), para respetar la tradición historiográfica española; pero me ha parecido oportuno dejar constancia de lo anterior, para que no sorprenda a los neófitos la particular composición del ejercito sajón del momento. Vamos con ello:

La principal división de las fuerzas militares, eran: las tropas que podríamos denominar "domésticas" y  el "fyrd".


Theng. Un hombre acaudalado, a juzgar por su buen equipo.

Las tropas domésticas (del latín "domus" = casa) eran los "housecarls". Se trataba de la parte del ejército de tradición más escandinava; por cuanto significaban la supervivencia de la costumbre nórdica de mantener un grupo de hombres que servían en las casas de los reyes y grandes señores como una especie de guardia de corps. Fueron introducidos en Inglaterra durante el reinado del danés Canuto el Grande.

La propia palabra "housecarl" (primitivamente "huskarl", que se castellaniza a menudo como "huscarle" o "huscarlo") indica que se trataba de "hombres de la casa" (en nórdico antiguo, Hus= casa, karl=hombre), es decir, hombres criados en la casa del señor, en algunos casos desde niños y en otros desde la adolescencia. En tiempos de Harold, tanto el propio rey como los grandes nobles ingleses mantenían a su servicio formaciones de "housecarls".   


El arma más común entre los ceorls era la lanza, aunque algunos utilizaban hachas arrojadizas. 

La lealtad de los "housecarls" a sus patronos era inquebrantable. Constituían lo mejor del ejército, ya que su única ocupación era prepararse para la guerra. Su equipo, inmejorable, proporcionado por su señor: buena cota de malla, buena espada y lanza, yelmo con nasal incorporado, y su arma más temida: el hacha de batalla danesa. Acudían a la batalla acompañando a sus señores, y solían formar en la primera línea del ejército.

El "Fyrd" era la milicia. Desde los tiempos de Alfredo el Grande (871-899), el rey había llegado a un acuerdo con sus súbditos que obligaba a éstos a prestarle servicio militar durante dos meses al año, de tal manera que su prestación militar no interfiriese en las labores agrícolas; aunque en caso de alarma grave, podían ser movilizados en cualquier momento. El "Fyrd" constaba de dos tipos de combatientes: los "Thegns" y los "Ceorls".

Los Ceorls eran la clase inferior del ejército anglosajón.

Los "thegns" eran milicia de élite; cada cinco pequeños terratenientes, debían equipar a uno de ellos con yelmo, espada y lanza (y a ser posible, también con cota de malla) y ponerle a disposición del rey. Solían encuadrarse a las órdenes de un "earl", o conde principal.

Por último, tenemos a los "ceorls" (ceorl =patán), el último eslabón de los hombres libres; campesinos que únicamente iban armados de lanzas y escudos de baja calidad, machetes, hachas arrojadizas y en algún caso, simples garrotes. Algunos de ellos (pocos) y aunque las miniaturas no los representan, usaban hondas; otros, arcos y flechas.

Primera línea: Housecarls, segunda: thegns; tercera: ceorls.

Aunque algunos hombres en el ejército de Harold contaban con caballos, éstos eran empleados como medio de transporte, y nunca se usaron (en Hastings) como caballería organizada. En definitiva, el ejército anglosajón de este período era un ejército feudal a pie, que basaba su efectividad en el choque directo, que raramente usaba de estrategias complicadas, de tradición insular y escandinava y que aunque mantenía una moral elevada, pronto sería puesto a prueba en su enfrentamiento con un ejército continental "moderno" (moderno para 1066, claro): el de Guillermo de Normandía. Pero eso, como decíamos antes, lo veremos otro día. (Aquí).

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Si existe una película que detalle la batalla de Hastings, yo no la conozco; aparte del simpático documental británico de la serie "Command Decision"; pero sí existe una cinta que ilustra los enfrentamientos entre vikingos (daneses en este caso) y anglosajones, si bien ciento ochenta y tantos años antes de Hastings: "Alfredo el Grande" (Clive Donner, 1969). 

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Las figuras, de Gripping Beast; en 28mm (metal).