Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Tumultus Gallicus - Los Celtas (siglos III-I aC.)

Jefes Celtas, con un estandarte en forma de jabalí y un "carnyx" (instrumento de viento utilizado en batalla 
a guisa de trompeta, que emitía un aterrador sonido). 

En el siglo IV aC el historiador griego Éforo de Cime, dividía en cuatro grandes grupos los pueblos "bárbaros" que rodeaban el mundo civilizado (o el mundo que él entendía por "civilizado"). La división de Éforo atendía a criterios geográficos en función de la situación que esos pueblos ocupaban con respecto al mundo influido por la civilización helénica, que incluía la península itálica, Egipto, Asia Menor y zonas del Mar negro. 

La mayor parte de los escudos celtas eran variaciones del tipo "thureos" (tres primeros a la izquierda), que procedía del norte de Italia, y que a mediados del siglo III terminó siendo usado en toda Europa. Con algunas modificaciones fue usado también por los romanos, que lo denominaron "scutum".

Así, según Éforo, al norte estaban los escitas, al sur, los libios; hacia Oriente, los persas y al Occidente, los "keltoi"; siendo ésta la palabra con que designaron los griegos a las tribus que nosotros conocemos como celtas.

Las dimensiones más corrientes de los escudos oscilaban entre los 80 y los 110 cms. Fabricados indistintamente con madera de tilo, abedul o roble, su peso variaba mucho, siendo la media 5 ó 7 Kg.

Sin embargo, los romanos les dieron el nombre de "galos", ya que su primer contacto con este pueblo fue a través de las tribus asentadas en la Galia Cisalpina, es decir, la "Galia a este lado de los Alpes", norte de Italia.

La espada fue el arma ofensiva más usada por los celtas. En el siglo III aC habían medido aproximadamente 70 cms; pero no dejaron de aumentar su longitud, que en época de César, alcanzaba los 90 cms. De igual manera, siendo fabricadas en un principio para herir de filo y punta, fueron derivando hacia modelos "de corte". 

Precisemos que para la historiografía actual, todos los galos fueron celtas, pero no todos los celtas fueron galos, quedando restringido este término para los celtas que habitaron las antiguas Galias (las Galias digo, para resumir; la cuestión es mucho más compleja pero no es éste el sitio para precisarla).


En 390 ó 387 aC (la fecha está en discusión) una razzia de galos cisalpinos comandada por Breno, jefe de la tribu de los senones, vencía en la batalla de Alia a los romanos, y tomaba la ciudad de Roma, excepto la colina capitolina, donde se atrincheraron los supervivientes del ejército con gran parte de la población. Se convino que los galos abandonarian la ciudad a cambio de un gran rescate en oro. 

Durante el pesaje del rescate, los galos emplearon pesas trucadas y los romanos protestaron. Entonces, Breno arrojó su espada entre las pesas para que fuese compensada también con oro, mientras pronunciaba la que sería célebre frase: "Vae Victis!" (="¡Ay de los vencidos!").

También los cascos celtas fueron adoptados por los romanos, que perfeccionaron el modelo. El más célebre casco que usaron las legiones (ya en época del Imperio) fue conocido como "gálico-imperial". Los que podemos ver aquí, en las figuras de los extremos, son del tipo "Montefortino".

Los romanos nunca olvidarían el pánico que se apoderó de ellos en aquellos días. Desde el ataque de Breno, la amenaza celta fue una constante en la historia de Roma hasta los días de Julio César. Cada vez que llegaban a la Urbe noticias de que los celtas se movían en la frontera, un grito recorría la ciudad "¡Tumultus Gallicus!". Es decir: "¡Los galos se agitan! ¡A las armas, a las armas!". Se recurría entonces a una movilización general que incluía a los hombres mayores de 46 años, que habitualmente estaban exentos de servicio militar y la ciudad quedaba en estado de máxima alerta.

El centro del escudo solía ir reforzado por un umbo metálico, que correspondía en su reverso con un hueco para introducir la mano y sujetarlo. Como curiosidad: las miniaturas no incluían dicho complemento, que he tenido que reconstruir con lámina de estaño; aunque alguna figura (como la de la derecha de esta foto) se ha quedado sin él. Y es que ya era mucho medir, recortar y pegar...

Pero el pueblo de los celtas había recorrido durante siglos y muchas generaciones un largo camino antes de llegar a Roma. Echemos un breve vistazo a su periplo, considerando que existe un gran desacuerdo entre los expertos actuales ante qué cosa debe entenderse por "celta". Mientras unos cargan las tintas en el idioma, otros lo hacen en la cultura y otros en lo étnico, elementos todos que no siempre coinciden en las mismas tribus, momentos y lugares. Por tanto, mi resumen será simplista y siguiendo a los historiadores más "clásicos".


El primitivo solar de los celtas parece haber sido una amplia zona de Europa Central comprendida entre el Rin y el Danubio. Allí, en torno al año 1500 aC, durante el desarrollo de la Cultura de los Túmulos, tribus proto-célticas se habían individualizado ya frente a otros pueblos indoeuropeos y comenzaban a expandirse.

Para 1200 aC, con la Cultura de los Campos de Urnas, los proto-celtas se han afianzado en la Europa Central extendiéndose hasta el mar Báltico, zonas de los Balcanes y el nordeste de la península ibérica. 

Con un astil de fresno de unos dos metros, y una moharra que podía llegar a los 45 cms, la lanza celta era utilizada generalmente como arma de acometida, aunque también podía ser arrojada en una aproximación al enemigo, para a continuación cargar con la espada.

Con la primera Edad del Hierro (Hallstatt), hacia el 1100, los primeros celtas propiamente dichos, llegan a las Islas Británicas y para 900 han ocupado las Galias. Entre el 800 y el 700, con el apogeo de la Hallstatt, comienzan a penetrar en España a través de los Pirineos.


Aproximadamente en el 500 aC (cultura de la Tène, segunda Edad del Hierro), nuevas tribus célticas entran en España para establecerse en el curso superior del Ebro. En 425, hay constancia de ocupación de la Galia Transalpina. En 390 se produce la batalla de Alia, citada anteriormente, en la que los galos senones derrotan a los romanos.

El hecho de que algunos celtas gustaran de combatir desnudos, como símbolo de valentía y desprecio a sus adversarios, está seriamente documentado por la historiografía. La tribu de los Gesatos (Gaesati) destacó en esta práctica.

En 359 derrotan a los macedonios del Rey Pérdicas (hermano del gran Filipo). Pocos años después, otros grupos célticos irrumpen de nuevo en Italia central, ocupando el Lacio, pero son frenados por  los romanos. Mientras,  otros grupos se han asentado en Galicia y Portugal.

Dice Polibio: "Eran también impresionantes la presencia y los movimientos de los hombres desnudos que estaban en primera fila: sobresalían por su juventud y gallardía.". Historias II-29-7 (Batalla de Telamón).

En 335, los celtas del norte de Macedonia enviaron una embajada a Alejandro Magno que estaba llevando a cabo una campaña contra las tribus montañesas del Danubio. Fue en este momento, cuando uno de los jefes celtas, siendo preguntado por el macedonio sobre qué cosa temían los celtas, respondió: "Sólo que el cielo caiga sobre nuestras cabezas".

Los más jóvenes de las tribus, eran empleados como avanzadilla y observación.

Tribus célticas del Danubio reforzadas por grupos boios (o boyos), entran en Tracia y Bulgaria hacía 298. En la batalla de Sentino (195) una alianza de galos y sabinos (pueblo itálico) fue derrotada por los romanos.


Una oleada gálica invade la Grecia del norte y saquea Delfos (279). Posteriormente (277) son expulsados y pasan a Asia Menor, donde tras enfrentamientos con los seléucidas, se asientan en la región que de ellos tomó el nombre de Galacia. Fueron conocidos en el futuro como "celtas gálatas".

Un importante señor celta, con sus hombres de confianza.

En este momento (mediados del siglo III aC), el pueblo celta alcanzó su máxima expansión. Ocupaban las islas británicas, la mitad noroccidental de Hispania, la Galia, la Europa central hasta Germania y zonas de Asia Menor. Y aunque nunca fueron conscientes de formar una unidad (por lo que no cabe hablar de un "imperio céltico"), su influencia en las zonas que ocuparon perduró durante siglos.

La cota de mallas, que sólo portaban los mas altos jefes y hombres adinerados, fue un invento celta, que muy pronto adoptaron los romanos.

Durante los doscientos años siguientes, la mayoría de regiones por ellos ocupadas fueron cayendo paulatinamente en poder de Roma, al tiempo que la expansión de los germanos por el norte, y la de los dacios por el este, los iba absorbiendo. Cuando César culminó la Conquista de las Galias (58-51 aC) y después de que el emperador Claudio conquistara la mayor parte de Britania en el 43 dC, únicamente algunas partes de esta isla e Irlanda pudieron mantener una identidad celta.


Los celtas continentales, durante sus últimos siglos (III-I) como pueblo independiente actuaron frecuentemente como mercenarios, tanto en los ejércitos griegos y macedonios como cartagineses. Memorable fue su actuación en la batalla de Cannas (212 aC), bajo las órdenes de Aníbal, donde ocupando el centro de la línea conjuntamente con los íberos, infligieron a Roma una de las más contundentes derrotas de su Historia.

La parte más fuerte de los ejércitos celtas fue siempre la infantería, pero desde mediados del siglo III en adelante (cuando abandonaron los carros de guerra), consiguieron formar buenos cuerpos de caballería. 

Tras la conquista de las Galias, gran número de galos fueron encuadrados en las legiones de César, constituyendo parte importante de la victoria de éste en la Guerra Civil frente a Pompeyo.

La caballería celta solía disparar jabalinas sobre el enemigo antes de atacar con la espada. Y a pesar de su escasa o nula protección corporal, sus cargas podían hacer mucho daño en la línea contraria.

A fecha de hoy, el denominado "espíritu celta" se mantiene en Irlanda, Gales, Escocia y Cornualles, donde continúan vivos dialectos célticos. Aparte del idioma, extinto frente a la romanización y  las posteriores invasiones germánicas, queda patente la herencia celta también en el noroeste de Francia y España.

Detalle del jefe. El águila que orna su casco, batía sus alas con el trote del caballo. Muestra de la calidad que alcanzó la metalurgia celta.

Las figuras que publico, podrían ser usadas (pensando en "Wargamer") para representar desde los mercenarios de Aníbal (finales del s. III aC), que se unieron al cartaginés cuando éste atravesaba los Alpes, hasta los hombres de Vercingetórix (mediados del s. I aC) que se opusieron al avance de Julio César antes de ser masacrados por él. Claro, siempre habrá "puristas" que digan: "no, no, en tiempos de César la espada debía ser más larga y los cascos más ornamentados..." y cosas así, pero vamos, en general, creo que los celtas debieron tener entre los siglos III-I aC, un aspecto muy similar al de mis figuras.

La caballería en línea, presta para la carga. Con un elemento para dimensionamiento de las figuras.

Sobre el armamento, ya doy datos generales en los pies de foto. Sólo añadir que los carros de guerra, que habían sido muy usados hasta poco más de la mitad del siglo III aC, desaparecieron de la escena bélica celta (exceptuando las Islas Británicas)  después de esa fecha, para ser sustituidos por la caballería, mucho más dúctil en el campo de batalla. En función de lo anterior, no existen carros en "mi" ejército celta. La última referencia a carros de guerra en una acción bélica continental, nos la da Polibio, describiendo la batalla de Telamón (225 aC), pero aún así, no parece que fueran usados más que como desplazamiento de los jefes al combate.

El ejército galo-celta completo, en marcha por tierras italianas.

Existe actualmente una corriente de aficionados al "celtismo" que llevados por la idea romántica del "noble salvaje" y atraídos por el misterio del druidismo y su comunión con la Naturaleza, quieren ver celtas hasta en la Guerra de Troya (un decir) e incluso pretenden resucitar los ritos del muérdago y tal y tal... Ni caso; es un asunto de exceso de fantasía... Pero peor es, que en el extremo contrario hay una serie de revisionistas históricos, que a poco que nos descuidemos, nos convencerán de que nunca existieron los celtas. Como (casi) siempre, la virtud está en el medio. 

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Las figuras, de Essex Miniatures, 15mm. (Ref. "Ancient British / Gallic")