Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

Mitos Griegos - Los Doce Olímpicos - Diosas


Con frecuencia, amigos que conocen mi debilidad por el tema, me han preguntado:  "¿Y para qué sirve la Mitología Griega?". A lo que suelo contestar: "Pues mira, entre otras cosas, para que cuando vayas a un Museo sepas lo que estás viendo". Y es que una cosa es por ejemplo, mirar ("mirar", que no es exactamente lo mismo que "ver"),  mirar decíamos, un cuadro donde aparece un fulano encadenado a una roca al que un águila le devora las entrañas, y no tener pajolera idea de quién es ni qué hace allí, y otra cosa es saber que el Fulano en cuestión es Prometeo, que está sufriendo el castigo impuesto por Zeus por contravenir sus órdenes y etcétera, etcétera... 

Se trata de poder apreciar (y disfrutar) en su justa medida las obras de arte que en pintura y escultura (entre otras disciplinas) nos han legado nuestros ancestros... Pero no es sólo esto. Teniendo un conocimiento (aunque sea mínimo) de la Mitología Griega, podremos saber qué nos quieren decir exactamente si nos hablan de "una voz estentórea", del "suplicio de Tántalo", de "terror pánico"...



Por no hablar del contenido simbólico ancestral de los mitos, que la moderna Psicología ha encapsulado en expresiones como "complejo de Edipo", de Electra, de Dafne... y sin olvidar que siendo los Mitos parte de nuestra memoria colectiva, en muchas ocasiones se nos presentan en sueños, enmascarando nuestros temores o deseos. Un ejemplo: el sueño tan corriente de que caemos, refleja que en la vida real estamos atravesando una situación de inseguridad, como nos explicará cualquier psicólogo... pero no deja de ser la imagen de Ícaro la que nuestro subconsciente está  extrayendo de los profundos niveles cerebrales donde residen los arquetipos.

Bueno, dejémonos de rolletes "pseudo-eruditos" y vamos al tema: Los llamados Dioses Olímpicos, no siempre fueron doce, ni siempre fueron considerados "olímpicos" los mismos nombres. Siguiendo la lista más común en Grecia durante la Época Clásica (y la que recogieron los romanos), serían seis varones: Zeus, Poseidón, Apolo, Hermes, Ares y Hefesto; y seis féminas: Hera, Atenea, Afrodita, Ártemis, Deméter y Hestia. 

Hagamos ahora una breve semblanza de cada una de estas diosas.


Hera (Juno)
Hija de Cronos y Rea (Saturno y Cibeles). Reina del Olimpo en tanto esposa (y hermana) del dios más poderoso: Zeus (Júpiter). Protectora del matrimonio (en particular de las mujeres casadas) y de los partos. Extremadamente celosa de su marido, se dedicó con frecuencia a perseguir y castigar a las amantes de éste. Los casos más conocidos fueron los de Ío, Sémele y Alcmena.

 El odio que Hera profesó a Alcmena lo hizo extensivo al hijo de ésta: Heracles (Hércules), al que persiguió desde el mismo instante de su nacimiento. De hecho, envió a la cuna del recién nacido dos malignas serpientes que fueron graciosamente estranguladas por el bebé.


 Otro de sus odios más conocidos fue el que concibió contra los troyanos a raíz del famoso "Juicio de Paris" (detallé este mito aquí). Como Paris era príncipe de Troya, Hera no escatimó recursos hasta conseguir la destrucción de la ciudad a manos de los griegos. Sin embargo, protegió la expedición de los Argonautas.

Unida a  Zeus, tuvo a Ares (Marte) y a Hebe (Juventas), copera de los dioses; y fue madre de Hefesto (Vulcano) sin concurso de varón. Se le rendía culto especialmente en Tebas. Su atributo principal era el cetro real; su animal consagrado, el pavo real.


Atenea (Minerva)
Representa la Sabiduría y la guerra inteligente (estrategia), en contraposición a la guerra como "fuerza bruta" personalizada por Ares. Fue la hija predilecta de Zeus. No diré mucho más, porque dediqué a Atenea un post completo  aquí.


Sus símbolos principales: la "égida" sobre los hombros, casco y lanza, y sus dos animales consagrados: la lechuza (que no búho) y la serpiente. La primera representada en el escudo; la segunda, enroscada en su lanza. Le estaba dedicado el olivo.  


Afrodita (Venus)
Diosa de la belleza y del amor entendido como atracción sexual. Según la tradición más antigua, Afrodita nació de la espuma del mar que se formó cuando Cronos (Saturno) se rebeló contra su padre, Urano (Caelus), y cortándole los genitales los arrojó al Océano. Pero este mito emparentaba a la bella y siempre joven Afrodita con la generación de los viejos dioses pre-olímpicos, las oscuras divinidades de los principios del Cosmos, por lo que pronto apareció otra tradición que la hacía hija de Zeus y Dione. Así lo entiende Homero cuando escribe: "¡Hija de Zeus, retírate del combate y la pelea!" (Iliada, V-348).


Siguiendo órdenes de Zeus se casó con Hefesto (Vulcano). Pero siendo la diosa más bella del Olimpo y la encarnación del deseo, no le faltaron amantes, tanto entre los dioses como entre los mortales. Entre los primeros, los más conocidos fueron Ares (Marte) con quien tuvo a Eros (Cupido), y Hermes (Mercurio) de quien parió a Hermafrodito. Entre los mortales, Adonis y Anquises entre otros muchos. Con Anquises tuvo a Eneas, príncipe de Troya considerado antepasado de los gemelos Rómulo y Remo, fundadores de Roma como nos cuenta Virgilio en "La Eneida".

En consecuencia, Venus-Afrodita fue muy venerada en Roma, considerada "madre de la nación romana". El propio Julio César presumía de ser su descendiente. El culto a Afrodita fue particularmente importante en Corinto, donde sus sacerdotisas ejercían de "prostitutas sagradas" en honor de la diosa. En su séquito figuraban las Gracias y  las Horas. Sus atributos, la manzana y la rosa. Su animal, la paloma.



Ártemis (Diana)
Hija de Zeus y Leto (o Latona), hermana gemela de Apolo (Febo). Se la considera diosa de la caza y de la naturaleza salvaje, de los bosques, ríos y parajes selváticos, en oposición a su tía Deméter, señora de la naturaleza "domesticada". Diosa virgen, suele vagar por los bosques en unión de las ninfas que le sirven de séquito y acompañada por una jauría.

Su culto y mitos se unieron pronto a los de la divinidad lunar Selene, de manera que Ártemis pasó a ser también representación de la Luna, de la misma manera que su hermano Apolo era asociado al Sol. Curiosamente, siendo una diosa cazadora, también es protectora de los animales salvajes, como demostró cuando Agamenón, jefe de la expedición griega contra Troya mató un ciervo que le estaba consagrado y Ártemis retuvo los vientos que debían haber llevado a la flota aquea a Asia Menor hasta que Agamenón consintió en sacrificar a su hija Ifigenia en compensación.  



Siendo la castidad una de sus particularidades, la diosa exigía de sus ninfas acompañantes una virginidad absoluta. Por lo que cuando una de ellas, Calisto, fue seducida por Zeus, Ártemis la convirtió en osa y azuzó contra ella su jauría. Otra víctima de su cólera fue el príncipe Acteón, quien tuvo la mala fortuna de verla un día mientras cazaba, bañándose desnuda en un arroyo del bosque. Como no se retiró, sino que continuó extasiado observando la escena, la diosa le convirtió en ciervo e hizo que fuera perseguido y devorado por sus propios perros.

Se le rendía culto de manera especial en la isla de Delos, lugar de su nacimiento. Sus símbolos, el arco, las flechas y la luna creciente. Animales dedicados, los perros de caza y especialmente el ciervo.


Deméter (Ceres)
Deméter es la diosa de la tierra cultivada, de la Agricultura y en particular, de los cereales, lo que se transparenta en su nombre romano: Ceres. Hija de las antiguas y oscuras deidades Cronos y Rea, su mito más conocido es el que se relaciona con el rapto de su hija Perséfone (Proserpina), producto de su unión con Zeus. 

Un día que la joven recogía flores en el campo, se abrió la tierra y salió de ella un carro tirado por caballos infernales que dirigía Hades (Plutón), dios y rey del Averno. El dios abrazó a la muchacha, la subió a su carro y desapareció con ella en el interior de la tierra.


Deméter, ignorante del suceso y sumida en la angustia, vagó por toda la tierra buscando a su hija y sufriendo toda suerte de calamidades. Transcurrido un año sin haberla podido encontrar, se negó a bendecir la tierra para que surgiese una nueva Primavera.

La tierra no germinaba y el hambre amenazaba a la Humanidad. Zeus entonces, le reveló lo ocurrido y obligó a Hades a permitir que durante seis meses al año, Perséfone pudiese vivir en la superficie de la Tierra, junto a su madre. Pero también acordó con Deméter que su hija pasase el resto del año en el Averno, como Reina de los Infiernos. Los seis meses que desde entonces Perséfone pasa en la tierra son (evidentemente) los seis meses de buen tiempo. En la ciudad de Eleusis, cerca de Atenas, se celebraban los Misterios Eleusinos en memoria de la búsqueda de Deméter. Símbolos suyos son la gavilla de trigo y la amapola. Animal dedicado: la serpiente, que comparte con Perséfone y Atenea.


Hestia (Vesta)
También hija de Cronos y Rea, hermana por tanto, de Hera y Deméter. Es la protectora del fuego del hogar y por extensión de la familia. El concepto de "fuego del hogar" fue ampliado al de "fuego protector de la ciudad", que se mantenía en los templos, y más tarde se llegó a una idea del Fuego como elemento Primigenio, Cósmico, y por tanto Hestia pasó a personificar la Pureza Total. Zeus concedió a Hestia la virginidad eterna, así como el derecho a ser adorada en todos los hogares humanos y en los templos de todos los dioses. La primicia de los sacrificios le estaba dedicada, con prioridad incluso a Zeus.

Se la supone siempre recluida en el Olimpo dedicada al cuidado de la Llama Sagrada y no participa en ninguna de las leyendas que atañen a otros dioses. Debe ser Hestia la única diosa que es más conocida por las andanzas de sus sacerdotisas que por las suyas propias. Y es que las Vestales, tanto en Grecia como en Roma, tuvieron especiales privilegios. En Atenas, tenían un asiento reservado en el Teatro de Dioniso (Baco), junto al sacerdote del dios.



Pero fue su culto en Roma, el que se ha hecho más popular. Sabemos que fue en tiempos de la monarquía romana, que el rey Numa Pompilio inauguró el Colegio de Vestales. Desde entonces, en número variable según las épocas, las Vestales se dedicaron al mantenimiento del Fuego Sagrado en su templo, cuyas gloriosas ruinas  aún podemos ver en el Foro Romano. Ingresaban entre los seis y los diez años, siendo requisito para ello no tener defectos físicos y ser hijas de padres reconocidos.

Tras treinta años de servicio, podían retirarse si lo deseaban y contraer matrimonio. Pero casi todas preferían quedarse en "la casa" para aleccionar a las novicias. Estaban obligadas a mantener una virginidad absoluta, siendo la pena para quienes eran sorprendidas en amoríos, ser enterradas vivas. También eran penalizadas (en este caso a ser azotadas) si permitían que se apagase la llama del templo.

Los templos dedicados a Hestia (tanto en Grecia como en Roma) solían ser de planta redonda. A este respecto, es curioso comprobar cómo los templos con tal planta, siempre están dedicados al Fuego (como en este caso) o al Sol.

En Grecia, la región de Tesalia le rendía un culto especial. La antorcha es su símbolo; su animal, el asno. 


Y hasta aquí las "seis diosas olímpicas". En un futuro hablaremos de los "seis dioses".

He indicado entre paréntesis las equivalencias romanas de los nombres griegos, tanto de las diosas protagonistas de esta entrada como de otras deidades que han aparecido en el texto. 



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- Las figuras, de "Foundry Miniatures", 28mm -
(Agradecimientos a Rafa, por ayudarme a conseguirlas)  ;)