Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

El Baño de las Ninfas (Diorama)


Siempre me han atraído las pinturas donde la morbidez y delicadeza del cuerpo femenino se hace contrastar con la aspereza de la naturaleza. La imagen de un cuerpo desnudo de mujer situado entre peñas, árboles y matojos tiene una carga simbólica importante, especialmente cuando entra en juego el agua; pero simbolismos aparte, son precisamente los elementos que la rodean los que hacen resaltar la belleza femenina.

En el Arte Occidental después del advenimiento del Cristianismo (y hasta hace poco más de siglo y medio), el "desnudo" como género pictórico estuvo mal visto por ciertos sectores de la sociedad. Y peor visto, lo que podríamos definir como "desnudo cotidiano"; es decir: una cosa era pintar un cuadro representando una mujer desnuda y titularlo "Venus", y otra titularlo "Retrato de la Marquesa de Piti-Fuá", por ejemplo. Recordemos los problemas que tuvo Goya con su "Maja desnuda". Y todavía resuenan en los pasillos de la Academia de Bellas Artes de París los ecos del escándalo que se organizó cuando Manet presentó su "Olympia" (1863). No solo era una "mujer normal desnuda sobre un lecho", es que además... ¡miraba al espectador! El colmo, dijeron los "bien-pensantes". Y sí, ciertamente Tiziano había hecho lo mismo muchos años antes, pero ¡ah! "aquella" era Venus... la socorrida Venus.  ;)


Fue común durante mucho tiempo que los artistas, para ambientar sus "desnudos", se amparasen en escenas de la Mitología Griega, sucesos de la Antigüedad Clásica, mercados de esclavas, gineceos orientales... Los lienzos se llenaron de ninfas, odaliscas, esclavas, mártires, heroínas... Y entre las escenas protagonizadas por ninfas, un tema recurrente fue "El Baño de las Ninfas", precisamente. Lo que nos lleva al principio: el contraste entre el desnudo femenino y lo agreste. Existen infinitas obras sobre el tema (con algunas variaciones); aquí arriba podemos ver una selección. Y debajo de este párrafo, detalle de las autorías, para quien le interese.

1. Jan Brueghel I y Hendrick Van Balen: "Baño de Ninfas" o "Las Ninfas de Diana regresando de la Pesca", c. 1625. 2. Herbert James Draper: "Por mares de verano", 1912. 3. Jean-Antoine Watteau: "Diana en el Baño", 1721. 4. George Owen Wynne Apperley: "El Baño de las Ninfas", 1946. (Los cuadros están recortados)

Llevado por la admiración hacia este tipo de obras, la idea de realizar un diorama sobre el asunto me perseguía desde tiempo atrás. A fin de cuentas, un diorama no deja de ser "un cuadro en tres dimensiones", y yo quería pintar ese "cuadro". Pero no encontraba figuras que se ajustasen al proyecto que tenía "in mente". Hasta que di con "Hasslefree Miniatures".


Aquí arriba tenemos (en proceso) la primera figura de Hasslefree que pinté. Se trata, según catálogo, de "Concubine". Como tal "concubina", venía con una argolla en el pie izquierdo. Tal detalle no convenía a mis intenciones, así que limé concienzudamente la dichosa argolla y al final, creo que "Concubine" puede pasar por una graciosa ninfa.  


Esta fémina que parece estar disgustada por algo que desconocemos, es según el catálogo, "Isabelle". Aunque curiosamente, en la bolsita que contenía la figura, venía una etiqueta que decía: "Sylph". Es decir: una sílfide, una ninfa del aire. Así que me quedo con esta denominación frente al prosaico "Isabelle" que parece transportarnos al París de la Bohemia en lugar de a la Arcadia feliz.


Y esta es "Titania", la reina de las hadas, ya sabéis. ¿Con el pelo azul? Pues sí; caprichos feéricos...  :) ...además, este tono hace un contraste armónico con el rosado de su vestimenta. Para mis intenciones, dejará de ser el hada Titania para convertirse en una ninfa más. Tiene las orejas puntiagudas (igual que la sílfide), bueno, ¿quién puede asegurar que no hubo ninfas con orejitas de punta? 


Una vez pintadas las muchachas y ensambladas en el terreno, la escena queda tal como vemos aquí arriba. Y aunque en teoría, una de ellas sea un hada, otra una sílfide y otra una humana, las consideraremos simplemente como ninfas. Sin entrar en si son náyades (ninfas de los ríos), dríades (ninfas de los árboles) o sílfides (ninfas del aire). Digamos que son ninfas "todo-terreno".  ;)  Eso sí: mantendremos sus nombres propios: Concubine, Sylph y Titania.


Piedras, rocas y terreno están modelados con Pasta Das, material idóneo para este tipo de elementos; muy agradecido de trabajar por su gran maleabilidad y que además seca rápido (me revienta tener que esperar las clásicas 24 horas que requieren muchos productos usados en escenografía).


Concubine y Titania charlando de sus cosas. La tierra es arena de playa, los matojos y florecillas, de la marca Noch; de lo más convincente que he podido encontrar para representar estos elementos.


Una foto en "contrapicado" desde la privilegiada posición que ocupa Sylph. El agua está modelada en AguaPlast Fibra. Su pintado, laborioso ciertamente, lleva varias capas de azules y verdes degradados, rematando con blanco puro en las orillas y en las partes donde se supone que el agua lleva más fuerza.

  
Y una toma de la parte trasera del diorama, en la que se aprecia el "trampantojo", pero no vamos a ocultar ningún ángulo.

El "árbol" es una rama auténtica, recogida (entre otras muchas) en el Parque del Oeste, donde habitualmente me proveo de escenografía "barata". Lavado a conciencia, cepillado con alcohol, barnizado, pintado y vuelto a barnizar, no creo que  "florezca" cualquier día... 


Detalle de Concubine saliendo del agua. La figura tiene un aspecto de inocencia salvaje que me subyuga. En su pintura, he procurado resaltar ese aspecto de inocencia: ojos grandes, labios rosas...   


Todo el diorama está barnizado en mate, a excepción del agua, que lo está en brillante, para aumentar el aspecto líquido de la superficie. Los reflejos que produce el barniz dan un efecto muy realista. 


Las figuras de Titania y de Concubine, venían de fábrica con una pieza metálica bajo los pies, para ensamblarlas en las peanas de plástico que generalmente acompañan a las miniaturas de Hasslefree. Trabajo extra, porque para integrarlas en la viñeta no necesitaba peana alguna, por lo que tuve que pasarme un buen rato cortando las  piececitas de las narices.


La belleza, proporcionalidad y buen gusto que caracteriza a las féminas de Hasslefree están muy por encima de la media en otros fabricantes (en la escala de 28mm y en el mismo tipo de figuras, digo). Concretamente el aspecto que el escultor (Kevin White) ha sabido darle a Titania, se me antoja de una belleza formal fuera de toda duda. 


Detalle de Sylph, que continúa con su enigmático enfado. La peña donde se asienta, forma parte de la pieza original, como se aprecia más arriba, en la foto de la figura en proceso.


Y gracias a este elemento de la peña, en este caso nos ahorramos tener que cortar la pieza de ensamble con la peana. Para integrar la roca de Sylph sobre el montículo sobre el que se asienta cual "piedra caballera", eché mano de más Pasta Das, pequeñas piedrecillas y mucho Super-Glue. 


Entre los elementos del terreno, lo más dificultoso fue la cascada que alimenta la laguna. No me termina de convencer el resultado, pero menos me convencían siliconas y similares; y menos, los productos específicos que se comercializan para "crear agua". Al final, AguaPlast Fibra y a correr. 


Aquí, una especie de pinacoteca particular. Las fotos son repetición de algunas que hemos visto más arriba, sí. Pero no me he podido resistir a hacer un montaje en paralelo al de los maestros que aparece al principio. En paralelo, salvando las distancias obviamente...


Vista general de la pieza, peana incluida. La ninfa-concubina, la ninfa-sílfide y la ninfa-hada en su baño matutino. O tal vez vespertino, quién sabe... 

Hasta aquí mi particular visión de "El Baño de las Ninfas" en miniatura. Me ha resultado muy gratificante pintar figuras de Hasslefree. Volveré sobre ellas.



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Las figuras, de Hasslefree Miniatures, 28mm (metal). 

He mencionado el nombre del fabricante repetidamente a lo largo del post, pero para mantener la costumbre de indicarlo al pie, y porque más de uno pasará de leer el tocho y vendrá directamente al final para ver "de quién son las figuras", ahí queda el dato.