Desde hace algo más de cuarenta años, vengo traspasando a figuras de plomo las influencias que libros, películas, ilustraciones e incluso "comics", han ido dejando en mí.

Las figuras que pinto, son en su mayor parte "miniaturas militares", ya que ha sido la Historia, especialmente la Antigua y Medieval, mi mayor fuente de "inspiración". Las escalas más frecuentes que utilizo, son las de 15, 25 y 28 mm. Son las mismas que utilizan los "wargamers", con los que coincido en la necesidad de representar grandes unidades en un mínimo espacio.

Los textos con que acompaño las miniaturas, en ningún caso pretenden ser exhaustivos, ni estudios sobre el período de que se trate. Sólo trato de comentar sucintamente, el ambiente (histórico o imaginario) en que se movieron las figuras representadas.

Animado por amigos y familiares, y especialmente por mi amiga Kirei (artífice además, del soporte técnico que podéis ver), me decido a mostrar públicamente parte de mi colección. Continuaré añadiendo entradas periódicamente.

Llevado de mi impenitente cinefilia, me permito en algún caso, recomendar títulos que pueden ampliar datos a los posibles interesados en los temas tratados.

Espero que os gusten "mis" figuras. Si se os ocurre hacer algún comentario, sugerencia o rectificación, no dudéis en contactarme.

El Ejército Sasánida bajo Cosroes I - Segunda parte


En la entrada anterior dedicada a los sasánidas y a Cosroes I, vimos las unidades de infantería de su ejército y echamos un vistazo a la historia de su reinado (531-579). Hablaremos ahora de sus fuerzas de caballería y dedicaremos unas líneas al breve  período (72 años) que se extiende entre la muerte de Cosroes y la desaparición del Imperio Sasánida (o Segundo Imperio Persa) a manos de los árabes islámicos. 

- El Imperio Sasánida entre 579 y 637 -
Tras Cosroes I, reinaron Ormuz IV (579-590) y Cosroes II (590-628), que mantuvieron los enfrentamientos intermitentes con Bizancio que jalonaron la historia de ambos Imperios. En 614 lograban arrebatar Jerusalén a los bizantinos y en 626, un ejército persa en unión de ávaros y eslavos, sitiaba Constantinopla.


Catafractos (también conocidos como "aswaran" o "savaranos". La "élite de la élite" sasánida.

Al año siguiente (627), Heraclio, emperador de Bizancio (610-641) contraatacó. Burlando el sitio, abandonó por mar Constantinopla, invadió Persia y obtuvo la resonante victoria de Nínive. Tras lo cual devastó amplios territorios sasánidas.

Cosroes II, inmerso en rebeliones internas no pudo hacer nada por evitar el avance de Heraclio; tuvo que levantar el sitio de la capital bizantina y retirar el ejército a sus bases. En 628 era asesinado durante una revuelta.


Durante cuatro años el Imperio Sasánida estuvo salpicado de revueltas internas, entronamientos y destronamientos de diferentes aspirantes al trono, caos y anarquía  generalizados. Y como suele suceder en estos casos, el poder real lo ejercieron los generales de las diferentes facciones del ejército.

En 632, por fin, los diversos bandos llegaron a un acuerdo y eligieron como emperador al joven Yezdiguerd (hay otras grafías), nieto de Cosroes II, que reinaría como Yezdiguerd III, y que estaba destinado a ser el último soberano sasánida. Veamos cómo.



- La amenaza islámica - 
Los persas siempre habían tenido al sur de su imperio unos incómodos vecinos;  gentes que ocasionalmente hacían incursiones de saqueo violando la frontera  sasánida: los árabes. Pero hasta el momento el asunto se había limitado a movimientos de tribus inconexas, que se retiraban a sus territorios (después de devastar y robar todo lo posible) tan pronto como un ejército persa se aproximaba.

Ahora era diferente. Ahora las tribus árabes se habían unido bajo la voz de Mahoma; constituían un enorme ejército y tenían el aliciente de una nueva fe: el Islam. Y la expansión del Islam era una obligación para todo musulmán. La Guerra Santa, la "Yihad" había empezado su historia.



El mismo año de la coronación de Yezdiguerd (632), moría el Profeta; le sucedía su suegro, Abu-Beker, que inició la expansión hacia Siria y Egipto. Y ese mismo año, los primeros ejércitos árabes comenzaban a introducirse en Persia.

El Imperio Sasánida se encontraba agotado tras los años de guerras civiles. El vacío de poder (Yezdiguerd era demasiado joven) y la crisis económica, se dejaban sentir en la organización (o desorganización) del Imperio. De manera que aún cuando el primer enfrentamiento entre persas y árabes (Batalla del Puente, 634) terminó con una victoria sasánida (debida principalmente a un arma que aún no conocían los árabes: los elefantes de guerra), el empuje islámico no perdió fuerza, mientras el desorden crecía en el reino de Yezdiguerd III.


La enseña ostenta el símbolo de Ahura-Mazda (u Ormuz) 

En 636 las huestes islámicas vencían a los bizantinos en la batalla de Yarmuk, lo que les permitíó dominar Siria, Palestina y Egipto. Pero el imperio bizantino, aunque menguando sin cesar, resistiría aún ochocientos años tras las formidables murallas de Constantinopla. Otra suerte correría el Imperio Sasánida.

Al año siguiente de Yarmuk, en 637, bajo el califato del nuevo "sucesor", Omar, un gran ejército musulmán al mando de Saad Ibn Abi Wakkas, se dirigió a Ctesifonte, la capital persa. El general Rustam, consejero de Yezdiguerd, intentó cortarles el paso.



- La decisiva batalla de Kadisiya -
El encuentro se produjo poco después de que los islámicos cruzasen el río Éufrates, en las llanuras de Al-Qadisiyyah (o en una grafía más "cómoda": Kadisiya). Los efectivos estaban prácticamente igualados con una ligera ventaja persa. La batalla duró cuatro jornadas. El primer día la victoria pareció decantarse por los persas, en gran parte debido al terror que sentían los caballos árabes ante la presencia de los elefantes, pero al final de la jornada los árabes ya habían encontrado la manera de contrarrestar a los paquidermos: matar a sus conductores y cortar las cinchas que soportaban las torretas.



El segundo día, Rustam no movilizó sus elefantes. Fueron ahora los islámicos los que se las ingeniaron para aterrorizar a la caballería sasánida. Con arbustos, ramas y telas "disfrazaron" a sus camellos de manera que semejasen extraños monstruos. Y por otra parte, los encuentros entre los pesados catafractos persas y  la caballería ligera árabe se saldaban con muchas bajas por parte de los primeros y muy pocas por parte de los segundos. Los arqueros montados árabes se aproximaban a los jinetes acorazados disparando sin cesar y cuando éstos cargaban contra ellos, simplemente se dispersaban como el humo... para volver al ataque más tarde y repetir la operación.

Los "aswaran" en línea.

Al llegar el tercer día, llegaron también tropas islámicas veteranas procedentes de Siria, con el consiguiente aumento de moral en los árabes y de desánimo entre los persas. Este día Rustam hizo retornar los elefantes a la batalla, con nuevas torretas y protegidos ahora por infantería. Pero traidores persas en el campo musulmán  informaron que matando o inutilizando a los jefes de la manada, el resto se retiraría en desorden. Dos campeones islámicos apoyados por tropas de distracción, consiguieron cegar y cortar las trompas a "el Blanco" y "Costroso", tras lo cual ambos animales se revolvieron contra sus propias filas arrastrando tras de sí al resto de los elefantes, sembrando el caos y el desorden a su paso. La caballería árabe se introdujo por los huecos dejados por los elefantes y la batalla continuó durante toda la noche con una ventaja creciente para los islámicos.

Clibanarios.

Al amanecer del cuarto día se declaró una tormenta de arena que empujada por un  fuerte viento, cegó a los soldados persas y la ventaja islámica fue ya absoluta. Una acometida de la caballería árabe llegó hasta la guardia que protegía a Rustam, que  intentó huir a nado por un canal, pero fue capturado por un guerrero árabe y decapitado. Cuando el ejército sasánida tuvo noticia de la muerte de su comandante en jefe, se desmoralizó totalmente y huyó del campo de batalla perseguido por los vencedores.


- Consecuencias -
Poco después de la batalla de Kadisiya, los árabes ocupaban Ctesifonte, la capital persa;  Yezdiguerd huyó a las montañas del Hindu-Kush, donde moriría pocos años más tarde. Y aunque algunos nobles sasánidas intentaron oponerse a los invasores, la suerte estaba echada: tras algunos infructuosos enfrentamientos, todo el Imperio Persa caía en poder del Califato Islámico.   



- La Caballería Sasánida -
Al igual que sus predecesores en el dominio del Irán (los partos arsácidas), los sasánidas dividieron su caballería (en un principio) en dos partes: 

Por un lado, los catafractos, jinetes acorazados, fuertemente protegidos, al igual que sus caballos, que cargaban al trote (su peso les impedía galopar) armados de una larga lanza de choque, el "kontos". Se reclutaban entre la nobleza, ya que el coste del equipo impedía que otras clases sociales pudieran permitírselo. Recibían el nombre de "aswaran" o savaranos. Su carga era devastadora.


Arqueros montados.

Por otro lado, arqueros a caballo, sin ninguna o escasa protección en los primeros tiempos (más tarde usaron armaduras ligeras tanto los jinetes como sus monturas. Se acercaban al enemigo, disparaban y se retiraban. Su misión era debilitar las filas enemigas para preparar el camino a la carga de los "aswaran".


Posteriormente, surgió un tipo de jinete "híbrido": el clibanario. Jinete y caballo medianamente acorazados, que aunaban el tiro a distancia con ocasionales cargas frontales. Sus armas, el arco y el "kontos".


La descripción que he expuesto de "catafractos" y "clibanarios" dista mucho de ser universalmente aceptada. Sigo las ilustraciones y explicaciones de Phil Barker en su obra "The Armies and Enemies of Imperial Rome". Igualmente concuerdan dichas descripciones con las figuras comercializadas por "Essex Miniatures".

Los sasánidas emplearon también una caballería ligera armada con jabalinas, usada  como hostigadores, avanzadillas o tareas de exploración.

Los arqueros montados, en vanguardia del ejército.

- Los elefantes -
Los sasánidas llevaron su dominio hasta amplias zonas del Valle del Indo, lo que les permitió acceder a la caza o compra de elefantes. Aunque nunca tan numerosos como en los antiguos ejércitos hindúes de la época de Alejandro, los persas siempre contaron con paquidermos entre sus fuerzas principales.

La caballería ligera.

Solían formar en el centro, generalmente protegidos por la infantería y su misión consistía en arremeter contra el centro enemigo. Si, como solía suceder, los elefantes conseguían abrir una brecha en la línea, por ella se introducía la caballería para ensancharla y "partir" las fuerzas contrarias en dos. 


Si por el contrario, eran rechazados y heridos, se convertían en un grave peligro para sus propias líneas, ya que en su huida pateaban todo lo que se les pusiera por delante, como hemos visto que sucedió en Kadisiya.


- Valoración del ejército sasánida -
El ejército sasánida fue durante muchos años una máquina perfecta, con una distribución de fuerzas (infantería, caballería y elefantes) magníficamente ideada y utilizada, que mantuvo en jaque constantemente a romanos y bizantinos (aunque con ocasionales derrotas) en el Oeste y detuvo a las hordas de hunos eftalitas, kushan y turcos por el Este. Posiblemente al final, les faltó agilidad táctica: mientras se preocupaban de cómo acorazar más y mejor a su caballería, fueron vencidos por los ligerísimos jinetes del Sur.


Los elefantes de guerra.

No obstante, a la caballería pesada (herencia de los partos) le quedaban muchos siglos por delante. La idea fue adoptada por los romanos ya desde finales del Imperio Medio y posteriormente bizantinos y carolingios la acogieron con entusiasmo. Se ha dicho que los caballeros medievales fueron una evolución de los catafractos partos y sasánidas. Podría ser.


- Precisiones sobre las figuras que he utilizado para la presente entrada -
Igual que la mayor parte de los ejércitos en 15mm que pasan por mis manos, estas figuras son de la marca británica "Essex Miniatures". Pero como no me gustaría confundir a quien (posiblemente) vaya al catálogo de Essex a buscarlas y se encuentre con que algunas referencias no se encuentran en el apartado "15mm Ancient: Sassanid Persian", creo conveniente hacer un par de precisiones:



Catafractos: En el referido apartado de Essex, únicamente figura un modelo de la referencia SA2 (Cataphracts). Es el que luce una máscara metálica sobre el rostro, y el que he empleado como abanderado. El modelo aparece en las cuatro peanas que he montado con este tipo de combatiente. Pero como me apetecía que las unidades de catafractos luciesen mayor variedad de modelos (no en balde serían la "élite" del ejército y tenían que quedar "guapos") he echado mano de unos persas medievales que a la vista de ilustraciones fiables encajan bastante bien con los catafractos "oficiales". Además de que en estas referencias, aparecían varios modelos diferentes. 


Detallemos: Las referencias son EMED59 y EMED59a. Ambas aparecen (siempre dentro del catalogo de Essex) en el apartado "15mm Medieval: Eastern European". El motivo por el que Essex ha decidido incluir a los persas medievales bajo el epígrafe "Eastern European" es algo que se me escapa (?) A las dos referencias les he cambiado el caballo y les he puesto el clásico, el acorazado al estilo catafracto.

Los elefantes, protegidos por la infantería.

Arqueros a caballo: El caso de los arqueros es más triste aún... sí, porque en el apartado de "sasánidas", Essex no incluye ningún tipo de arquero montado. Deben pensar que valdría con los partos... pero el ejército parto ya lo tenía pintado hace tiempo y no me parecía correcto utilizar sus arqueros para engrosar el ejército que acabó con ellos. Otra cosa es que, en alguna batallita se puedan utilizar los arqueros partos para reforzar el ejército sasánida, ya como "aliados" ya como "levas forzadas".

El caso es que para pintar arqueros montados para los sasánidas, tuve que echar mano de nuevo al apartado de los persas medievales. Utilicé dos referencias: EMED60 y EMED61; la primera con caballos sin protección, la segunda con ella; los mezclé... y ahí quedan.

La caballería y los elefantes, listos para avanzar.

Debe haber pocos "maniáticos" en esto de "pintar soldaditos", que después de haber pintado un ejército parto, la emprendan con uno sasánida. Por lo similar, digo... y lo mismo deben haber pensado los escultores de Essex, que se lo han "currado" muy poquito con los sasánidas.

Se ha acusado a Essex de que sus figuras son en exceso "monótonas", de falta de variedad en las poses de sus modelos. Mi opinión es que en muchos casos, tal falta de variedad es perfectamente asumible. Me explico: una formación de infantería pesada, regular y disciplinada avanzando en orden, necesariamente debe presentar una apariencia "monopose". 

El ejército completo: la caballería, que hemos visto en esta entrada, más la infantería que vimos en la anterior dedicada a los sasánidas.

Otra cosa es la infantería ligera. Essex tiene algunas referencias donde los "psiloi" están representados corriendo, y como todos tienen exactamente la misma postura, la imagen que dan una vez montados en su peana, es la de un ballet. No es serio, vaya. Aquí (y en otras referencias semejantes) sí sería necesaria una mayor variedad de figuras. 

Igual con las figuras de caballería. Lo menos que se puede pedir es que los caballos lleven el paso cambiado, a no ser que estén parados. Pero aún así, si se trata de tropas irregulares (y los catafractos lo eran) en aras de una mínima credibilidad, los jinetes deberían presentar diferencias en yelmos, armaduras o poses. Resumiendo, Essex debería revisar y ampliar algunas de sus referencias. En fin...



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En este caso, queda comentado por activa y por pasiva "de quién" son las figuras, pero por 
 mantener la costumbre de indicarlo al final del post... digámoslo de nuevo:

Las figuras, de Essex Miniatures, 15mm.



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